La chica del escritorio de la izquierda

noviembre 02, 2014

Yo tendría trabajando en ese lugar un par de meses cuando ella llegó. Era una muchacha menudita, su pelo enchinado bailaba sin tón ni son, no era delgada, pero sus curvas me hicieron patinar más de un par de meses. Su plática era interesante y divertida. De verdad me la pasaba genial al lado de ella.
No entendía por qué las cosas fluían a su lado con tal facilidad, cual mantequilla en sartén caliente, pero no me puedo arrepentir de nada de lo que hasta ahora hemos vivido.
     Todo comenzó con un juego de oficina, una vacilada entre los del lugar, fue principalmente culpa de la otra secretaria que comenzó a hacer bromas sobre nuestra buena química, aunado al hecho de que todos mis momentos libres me la pasaba en su oficina platicando y riendo con ellas (más con a quien tenía a mi mano derecha). De pronto, y sin darnos cuenta, nuestras pláticas y juegos personales comenzarona a subir de tono, y comenzaron a hacerse cada vez más privados.
     Un dia, nos sorprendimos besándonos en un rinconcito, sin testigo alguno. Y de ahí en adelante, todo comenzó a ser mejor que ninguna otra relación que haya tenido hasta entonces, incluso mejor que con la novia que en ese momento ostentaba como prometida. Mi secretaria preferida lo sabía, sabía que tenía compromiso, y ella también lo tenía, así que a ninguno de los dos nos molestaba. Era nuestra relación por y para el placer puro. Todos los días era un aventura, saber si podríamos o no tomarnos nuestros "cinco minutos Milky-Way" en el armario de escobas era toda una incógnita.
     Recuerdo esa vez, cuando nuestras caricias se volvieron cada vez más pasionales, y por lo cual casi nos atrapan dentro del baño de la dirección. Mis manos le acariciaban por sobre la ropa, mientras nos besábamos y ella se aferraba a mi con deseos mudos. Pronto mis labios comenzaron a bajar a su cuello, y sus gemidos comenzaron a ser audibles sólo para mí, lo que incendiaba en mí el ansia cada vez más. Mis manos dejaron el lugar cercano a su corazón y se deslizaron hacia su monte de venus, los dedos de mi mano izquierda hicieron camino bajo su pantalón, sorteando su pantaleta y llegaron al cofre del tesoro. La respiración de ella comenzó a acelerarse conforme yo excavaba su rinconcito feliz. No parecía darse cuenta que su voz comenzaba a alzarse, así que puse mi otra mano sobre su boca, cortando los sonidos, pero sin detener su placer.
     Pronto me vino una idea a la mente, una idea interesante y excitante al mismo tiempo. Bajé la mano y la posé sobre su cuello, poco a poco comencé a presionarlo y a acorralarla contra la pared, sus ojos entraron en confusión mientras también acrecentaba el ritmo allá abajo. La respiración casi se había detenido, mientras sus manos rodeaban la mía, que seguía ejerciendo presión. Mi boca le besaba y mordisqueaba con ansia su pecho. Pronto sentí cómo su cuerpo comenzaba a tensarse, sus manos apretaban más fuerte la mía, que seguía enroscada en su cuello, pero ya sin afán de soltarse. La miré. Estaba bellamente excitada, lo notaba en su boca sensualmente entreabierta esperando el deseoso espasmo que le devolviera la respiración. Sus piernas, entreabiertas, dejaban cada vez más espacio para que mi mano siguiera jugando dentro de ella, ansiosa de llegar al final.
     Sus ojos ya no me miraban, estaban fijos en el vacío, persiguiendo mentalmente la ruta al placer que estaba por alcanzar. Su cuerpo se estremeció, su boca se abrió aun más sensual que antes, sus manos perdieron la fuerza, y sentí el peso de su gozado ser caer sobre mis manos.

...

Respiró de nuevo. Me miró con unos ojos cansados y me habló recobrando el aliento. "¡Me encantas...!" dijo en un hilillo de voz apenas audible. "A mí también" le contesté con un abrazo que la pondría nuevamente en pié.
     Nos arreglamos la ropa sin más que una mirada. Salí primero, con el trapeador en mano como excuza y cerrando la puerta tras de mí. Esperé a ver que no hubiera "moros en la costa" y toqué dos veces con la yema de mis dedos la puerta del baño, señar inequívoca que el camino estaba libre. Ella abrió la puerta y un par de segundos después de dar su primer paso fuera, la directora sale de su oficina. Nuestros labios enmudecieron. Ella lo rompió diciendo "¡Ah, mija! Que bueno que te encuentro, ocupo las listas de nominas y no las encuentro en la compu, ¿Me ayudas?". Mi secre me lanzó una mirada y se fué con la Directora a ayudarle, mientras yo me regresé a mis labores y a fregar la cocina.

Hoy me di cuenta de que una de las cosas que más me gustan de esa curiosa relación carnal, es que me hace sentir deseado, en cada encuentro logra que yo sienta que soy lo que necesita, como si hacerlo conmigo la complementara... Me toca con una necesidad casi absurda, me besa con la pasión de quien añora con fervor... Pero cuando todo termina no tenemos que fingir un cariño, ni un sentimiento, ni siquiera pretendemos gustarnos, volvemos a la antipatía habitual, a la total indiferencia. A la normalidad.

-"Encontré un lugar en el estacionamiento donde no se ve nada, ¿vamos?"- le dije cuando no habia nadie en la oficina.
-"Voy a ir a comer, mejor traeme una coca"- Replicó ella, pues pasaba del medio día.
-"Anda, vamos después de que comas"-
-"Sí, pero si me traes una coca"- me dijo con una sonrisita.
-"Bueno, ahorita te la llevo, pero vas para atrás"-
-"¡Ay! Qué puta tan barata, ¿verdad? Me vendí por una coca"- Dijo con un tono indignado, aunque con una sonrisa en la cara.
-"Sí, pero solo conmigo"-

Le sonreí, y me fuí a la tienda por la coca.

=CC= 8:01 PM 11/2/2014

Extraño cuando te extrañaba

enero 19, 2011

05 de junio de 2009

"Extraño cuando te extrañaba.
Extraño sentir la sangre brotar por mis heridas.
Extraño morder la almohada.
Extraño cuando no te amaba"

Extraño, Extraño, Extraño, Extraño...

Extraño decir "te amo",
dar un beso apasionado,
comer carne los sábados,
sentirme un zángano.

Extraño probar la furia,
embriagarme de la lluvia,
bostezar con soltura,
y hacer mil y un diabluras.

Extraño lo común y lo corriente,
las babosadas que pasaban por mi mente,
decir las cosas doble-doblemente,
querer amar antes de quererme.

Extraño tener cobija y no frío,
desperdiciar la tarde con un buen vino,
quedarme sorda por un grito en el oído,
sentir que me secuestra y captura el olvido.

Extraño morir de un patatús,
pasar penas en las playas de Cancún,
celebrar con un cantado tun-tún,
comerme la ausencia acompañada de un buen atún.

Extraño que me nieguen un "sí",
que me obliguen a decir,
terminar de leer algún cuento sin fin,
y un poco el maldecir.

Pero lo que más extraño es ver en las cuencas de mis ojos, que yo nunca he querido permanecer a aquí...

La constante

septiembre 29, 2010

Tras de mis anteojos tú apareces,
y pa' mis antojos vibra tu nombre.
Entre estas palabras y acciones
la constante, siempre tú, mi hombre.

Lunatico

agosto 25, 2010

"Y la Luna creció vigorosa
embelesando mi mirada.
No puedo comprender la hora
que atrapaste tú mi alma.

Quiero comprender por qué
tu cuerpo cambia con la Luna,
y sobretodo las razones
que mi pena se vuelve bruma."

Una canción muda para quien no escucha

diciembre 15, 2009

Y a nadie le importa
mi grito desesperado...
si no digo su nombre,
si no les llamo a mi lado...

Una mirada,una actitud,
una palabra,e incluso un silencio,
son pistas suficientes
para entender a un corazón sufriendo.

Pero el humano no piensa,
no usa la cabeza.
Es egoísta
si no le interesa.

Y nadie atendió,
el grito que ahogué
entre lágrimas color azul
hasta el amacener.

Ven, amiga mia,
la soledad que siempre queda,
dame la mano y canta conmigo
ésta cancion perdida en el olvido.

Cantemos una cancion muda
para alguien que no la escuchará.
Para quien no tiene manos
extendamos las nuestras ¡Y a volar!.

Ven,
soledad,
y abrázame
que tengo ganas de llorar...

Coincidencias Inevitables

diciembre 02, 2009

Frio, frio hace.
No, no hay quien me abrace.
En la interminable soledad de esta habitación,
para mí no hay sol ni dios.

Y de nuevo, busco un lugar,
y de nuevo, ahí estas.
Me persigues acaso?
Quisiera no morir en este ocaso.

Me pides una noche más,
¿cuántas no te dí atrás?

¿Para qué quieres platicar, amigo,
Si ya nada quisiste tú conmigo..?

Solías ser una canción para mí.
¿Qué pasó..?
¿Te cansaste de cantar?
¿O me habré quedado sorda, yo?

Intenté escucharte de nuevo,
pero has huido lejos.
Ahora sólo me queda el recuerdo
de un despertar lento....

Y el olvido...
que no conseguiré jamás.
Porque como no queriendo,
en mi pecho tu nombre lograste tatuar.

¿Soledad, dices?
Que la soledad te alcanzó...
ya veo, y no hay nadie
que te escuche hoy...

Regresas por eso?
Por soledad?
Vaya, que no estoy de humor,
no me vengas a *******...

...

Aunque rogué por una 2da oportunidad,
ya mi corazón herido y traicionado
no quiere saber más
de amores que me olvidaron.

Por eso.. corazón mío:

Quémame en llamas ardientes,
para calentar mi frio ser.
Y miénteme con dulces palabras,
para llorar una vez más...

Que las lágrimas nacieron
para decirnos lo que es verdad
de lo que siente nuestro corazón
cada noche, al cerrar los ojos para soñar...
/con la Luna, que todo lo ha de mirar

La primer lágrima

noviembre 21, 2009

Perdóname...
éstas dudas e inseguridad
te han lastimado de verdad.
Discúlpame...

Sentí el deseo de arriesgarme contigo,
sentí la necesidad de amar,
quise borrar todas las traiciones anteriores,
y sólo conseguí hacerte llorar.

Perdóna mi debilidad,
mis dudas y mi inseguridad.
Nunca pretendí herirte...
sólo quería comprenderte.

Una traición duele en mi alma,
pero más quema
que sufras tú por mi.
No quiero que ésto termine así.

Cuando noté la primer lágrima correr,
supe que ésto no era ilusión.
Te quiero de verdad, corazón.
Espero aún me pudieras creer.